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La simpleza de una rica tlayuda en La Bella Lula; Foto de Gustavo Andrade |
Por Marisol Rueda
Pareciera difícil creer que un alimento tan sencillo como la tlayuda puede provocar una fiesta gustativa como la que produce en el paladar. El regocijo llega ya en el primer bocado, cuando se percibe la crujiente textura de la tortilla -que alcanza hasta 40 cm. de diámetro- y un ligero, muy ligero, sabor a tortilla quemada que se acompasa perfectamente bien con el de los frijoles. Es casi un rápido e inmediato viaje gastronómico a Oaxaca.
Las hay sencillas y preparadas y en ambas presentaciones son igual de suculentas. Los ingredientes principales son diversos: tasajo, carne seca, cecina, chorizo o quesillo, entre otros, que se pueden acompañar de lechuga, jitomate, cebolla, repollo, aguacate o salsa.
Uno de los lugares más recomendables para probar una buena tlayuda en la Ciudad de México es, sin duda, La Bella Lula, casi una embajada oaxaqueña en la capital. Las sirven con asiento -de chicharrón, chorizo y queso fresco- y preparadas. Es prácticamente una obligación acompañarlas con un mezcal (de gusano o de pechuga).
Corregidora 5, Campestre; 55 5651 5446
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