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| Chuleta de cerdo y chilaquiles verdes |
El Café de Tacuba es una de las atracciones turísticas más visitadas en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Es un lugar al que hay que ir por su historia y tradición. En años recientes, el servicio y ambiente amigable compensan las deficiencies -muy pasables- que puede tener la comida. El pan es extraordinario y el café lechero es algo que sólo por ver la forma en la que lo sirven debe pedirse. La mesera llega con una jarra de leche muy caliente, en un vaso de vidrio sirve un poco de extracto de café y después, como si sirvieran sidra, agrega leche con impecable puntería, creando espuma natural. El lugar, una casona del siglo XVII, y su decorado guardan ya un siglo de historias familiares que se aderezan con anécdotas y leyendas.
El Café de Tacuba ha permanecido por tres generaciones en las manos de la misma familia. El servicio es dedicado y se nota el gusto por servir. Los moños almidonados de las meseras son de los más encantador, un enorme trozo de tela que toma forma con pases casi mágicos. El fin de semana se amplía el espacio de servicio, que se incrementa con el Salón Centenario, un gran salón la parte alta que fue inaugurado con la conmemoración del primer siglo de servicio.
El Café de Tacuba es una parada obligada tanto para turistas como para locales. Recientemente se abrió, a la vuelta de la esquina, una opción mexicana gourmet de la misma familia, llamada Limosneros.
Tacuba 28, Centro Histórico; 55 5521 2048
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